La Revolución Mexicana es uno de los referentes históricos más importantes de nuestro país, a partir de la cual, se inició un nuevo proceso de construcción nacional.

Fue un movimiento armado que inició en 1910 para terminar la dictadura de Porfirio Díaz y culminó oficialmente con la promulgación de la nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, que sentó los cimientos para recuperar la paz y refundar la Nación, con base en la legalidad y la vida institucional.

Bajo el mando de Francisco I Madero en los diferentes puntos de la República se levantaron las armas al grito de “Sufragio efectivo, no reelección”. La nación demandaba, además de estos derechos civiles y políticos, los principios democráticos y sociales esenciales como: igualdad, justicia, equidad y libertad.

El 20 de noviembre de 1910 algunos grupos empuñaron sus armas en contra del régimen de Porfirio Díaz. De manera aislada, en las semanas subsiguientes fueron apareciendo levantamientos cada vez más numerosos y cada vez más contundentes. Madero pudo ver que su convocatoria surtía efecto y que, poco a poco, el pueblo comenzaba a caminar por el sendero de la democracia y de la justicia.